Established in 1995
We look forward to your stay.
Padre Jerardo.
ORACIONES
La oración es nuestro encuentro diario con Dios. Nos ayuda a fortalecer nuestra fe, pedir perdón, dar gracias y pedir por las necesidades del mundo, de nuestra familia y de nosotros mismos.
GLOSARIO POR ACENTUACIÓN
Acentuación Familias en Crisis
META: Sensibilizar del ser y quehacer de la familia como iglesia doméstica.
Las razones por las cuales elegimos esta acentuación fueron:
Es la que mejor definía la identidad y se repetía en varias ocasiones en las demás acentuaciones.
Es la más amplia y generosa en el sentido que es incluyente. Nos permite poder llevar a cabo diversas actividades tomando en cuenta la realidad de hoy.
Nos permite trabajar a niveles de parroquia, decanato, vicaria, comisiones y dimensiones tratando de aportar con acciones concretas y materiales de apoyo no para trabajos individuales, sino en comunión y participación.
Esto nos pide tener claridad primeramente en el significado del verbo “sensibilizar”, que no es otra cosa que la concienciación respecto de la responsabilidad y del papel que desempeña la familia en la sociedad y en la Iglesia.
La Iglesia, suele identificar a la familia cristiana como “Iglesia doméstica”. Esta idea es desarrollada por San Juan Pablo II en el número 49 de su encíclica Familiaris Consortio, denominándola «Iglesia en miniatura».
“El hogar cristiano es el lugar en que los hijos de Dios reciben el primer anuncio de la fe. Por eso la casa familiar es llamada justamente ‘Iglesia doméstica’, comunidad de gracia y de oración, escuela de virtudes humanas y de caridad cristiana” (CIC 1666).
Muchas veces la reflexión sobre la familia como “Iglesia doméstica” se reduce a cumplir con los sacramentos, cuando es algo más que eso.
La Iglesia doméstica tiene la misión de evangelizar ad intra y ad extra, dar testimonio del amor de Dios, vivir los valores cristianos, ser educadora en un ambiente de oración, ser parte en la vida de otra familia más grande: la comunidad parroquial a favor de la evangelización en la caridad y/o acción social. Y es ahí en la Familia, en un contexto natural donde se produce el encuentro intergeneracional, decisivo para el desarrollo como personas y para el enriquecimiento mutuo.
Acentuación Jóvenes en Crisis
META: Animar a salir al encuentro de los jóvenes con empatía y creatividad, motivando el diálogo evangélico y creando espacios de participación.
Es probablemente esta periferia existencial, la más afectada por la crisis antropológica que vivimos, suscitada por tantas ideologías e intereses ajenos. Es también la realidad de los adolescentes y jóvenes, la que más variantes manifiesta en los rostros sufrientes, por ser la población mayor y por tantos escenarios en los que se desarrolla su vida.
Acompañar a los jóvenes que acuden a nuestros templos, sigue siendo una tarea importante, sin embargo, es ya una urgencia pastoral, como lo señala el Papa Francisco con insistencia, salir al encuentro de los adolescentes y jóvenes que van por el mundo “como ovejas sin pastor”. Ellos son la riqueza de nuestro país y los futuros dirigentes de las decisiones civiles y evangelizadoras.
Es la oportunidad de reinventar, con creatividad, la forma de acompañar a las nuevas generaciones, y para ello es indispensable, fortalecer la habilidad pastoral de escuchar sin juicios ni prejuicios a los muchachos. Esto implica un movimiento interior, muchas veces violento, para combatir los propios miedos y salir con valentía del estado de confort, de dejar el “viejo librito” de lo aprendido en la comodidad de la sacristía y reescribir nuevos capítulos fascinantes de aventuras evangélicas en las calles y en los escenarios juveniles.
Escucharlos, acompañarlos, impulsar sus potencialidades e involucrarlos en tareas en beneficio del bien común, son verbos que se han de convertir en praxis habitual de todo agente de pastoral.
Junto con los obispos que han hecho una “opción por una Iglesia que comparte con los adolescentes y jóvenes, la tarea de hacer un país lleno de esperanza, alegría y vida plena” (PGP 187), es tiempo de unirnos y atender esta sexta opción del Proyecto Global de Pastoral, para soñar juntos en la construcción de la Civilización de Amor en nuestra nación.
Finalmente, no perder de vista que no se trata de un salir al encuentro con los jóvenes como cotidianamente lo hacemos y desde una pastoral ya definida, si así lo hiciéramos tendríamos los mismos resultados que precisamente queremos cambiar, se trata de un salir al encuentro de los jóvenes con creatividad pastoral, con la samaritaneidad que nos exige no ser indiferentes ante la crisis agudizada en que viven por la pandemia, hemos de ser el rostro del Padre misericordioso que sale al encuentro del hijo que no está en casa.
Acentuación de Descomposición del Tejido Social
META: Crear Puentes de Comunión y Participación entre los Miembros de la Sociedad.
Hablar de tejido social es hacer referencia, de forma metafórica, a las relaciones entre personas y sus entornos que permiten vivir en paz y armonía en la sociedad. Se descompone el tejido social cuando se desdibujan los límites en las relaciones, y se pierden las vinculaciones que regulan nuestras conductas.
Reconstruir el tejido social significa sanar las relaciones dañadas, volver a crear vínculos que regulen nuestro comportamiento. La conducta se regula por los vínculos que se establecen. La vía para lograr la reconstrucción del tejido social es el acercamiento, el encuentro, el diálogo con instituciones y miembros de la sociedad interesados en el bien común.
¿Qué encierra esta Acentuación? si los católicos queremos colaborar en la reconstrucción del tejido social, tenemos que acercarnos, encontrarnos, dialogar, con organizaciones ciudadanas, confesiones religiosas, autoridades civiles, entidades educativas, sectores políticos y medios de comunicación para que juntos, y aportando lo que les es propio a cada uno podamos reconstruir el tejido social de nuestro país (PGP 175).
Crear puentes significa construir relaciones que nos vinculen con esas instituciones, con líderes sociales que buscan también como nosotros el bien común. Esto desde nuestras colonias hasta instancias de poder político, económico, religioso.
Esto supone un laicado maduro, bien arraigado en la doctrina social de la Iglesia y en la espiritualidad que nos viene de una Iglesia en salida, sinodal y samaritana. Sin perder de vista que todos estos esfuerzos deben estar dentro de la Gran Misión de la Misericordia.
Acentuación de Sacerdotes en Crisis
META: En todo tiempo identificar las necesidades de nuestros sacerdotes para acompañarlos y vivir juntos nuestra misión de hacer presente a Cristo.
La misión del sacerdote es hacer presente a Cristo y un sacerdote en crisis no lo podrá hacer presente ¿qué cosas nos impiden hacer presente a Cristo? Si bien, por un lado, la crisis es ocasión para el cambio y puede ayudar al crecimiento positivo del presbítero, también es cierto que cuando se estanca, se aísla, se hace indiferente, lleva todas las de perder. Nadie llega en una plenitud afectiva al Orden, no por lo que digan los perfiles o planes ideales, sino por realidad misma que lleva a este grupo tan selecto a estar en crisis, existen riesgos y tentaciones que pueden nublar el sentido de su vida y ministerio, una sexualidad desordenada, la ambición del poder y del dinero, el deseo de ser reconocido, el clericalismo y carrerismo que por lo regular van de la mano, la difamación, la crítica, la calumnia, la escasa o nula formación intelectual, bíblica y pastoral, la rutina, apatía y el estrés, así como el ir contracorriente en una sociedad cada vez más secularizada. No se ignore el momento en que llega también la pérdida de la salud, la ancianidad, el abandono de los feligreses una vez jubilado, así como múltiples cosas son la punta del iceberg, mas es necesario bajar a lo profundo, ahí donde las cosas no son evidentes, la pérdida de fe, depresiones, frustraciones, decepciones.
Por estas y muchas más razones el equipo ampliado responsable de elegir la acentuación para esta periferia consideró que ésta es la más conveniente, pues se busca en todo tiempo identificar
las necesidades de nuestros sacerdotes. Sabemos de antemano que el llegar a las raíces de dicha crisis nos ayudará a evitar que estas realidades se sigan produciendo. El fortalecimiento de la fraternidad sacerdotal, la práctica de la samaritaneidad como constantes en las acentuaciones nos vislumbran la ruta por la que se ha de trazar el camino de esta periferia, optimizando las estructuras e instancias diocesanas ya existentes se podrá lograr una identidad sacerdotal profunda y a la vez sinodal que integre a todos y no excluya a ninguno.
La visita pastoral del obispo y sus auxiliares, un consejo de atención a sacerdotes en crisis, la formación de un equipo para la fraternidad sacerdotal, las reuniones programadas de los decanatos y vicarías como ambiente natural del presbiterio son actividades propuestas que ayudarán a integrar especialmente a los más vulnerables, promoverá la cercanía entre los miembros del presbiterio a fin de que ellos y las comunidades se vean beneficiadas y se experimente la mutua corresponsabilidad de ofrecer apoyo espiritual y humano especialmente a los sacerdotes. Y así podremos vivir juntos nuestra misión de hacer presente a Cristo.
Acentuación de Ancianos enfermos y abandonados
META: Crear una cultura que valore al Anciano en su dignidad humana
Del Documento recientemente presentado (02 febrero 2021) acerca de los adultos mayores titulado: “La vejez: nuestro futuro” por la Pontificia Academia para la Vida y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano e Integral, se ponen a su disposición algunas reflexiones que nos ayuden a tomar conciencia de la importancia que tiene nuestra acentuación elegida.
Llegar a la ancianidad es un don de Dios que, Bíblicamente es considerada una bendición. Entendiendo la vejez de esta manera, es un enorme recurso, un logro que hay que salvaguardar con cuidado. La riqueza de los años es un tesoro que debe ser valorado y protegido.
Desde el punto de vista sociológico estadístico, resulta evidente que tanto hombres como mujeres tienen una más larga esperanza de vida, a tal grado de que en muchos países del mundo ha llevado a coexistir hasta cuatro generaciones.
Ante esta realidad hemos de aprender a honrar a los ancianos y reconocerles expresándoles respeto, acogida, asistencia, buscando el mejoramiento de sus cualidades y necesidades. Llevándonos esto a ser conscientes del deber que se tiene de crear las mejores condiciones de vida para nuestros adultos mayores. Esto requiere de un proceso de conversión social, civil, moral y sobre todo cultural.
Es necesario y urgente activar “un hacerse cargo” con la esperanza de ofrecer una atención de calidad, tanto en las residencias o casas de reposo como en el seno familiar, garantizando así un tejido humano y un ambiente de colaboración donde todos puedan cuidar, servir y encontrar.
Al hablar de que su presencia es un don de Dios, una bendición, un gran recurso y un logro; basta pensar en el papel decisivo que han desempeñado en la preservación y transmisión de la fe a los jóvenes y los abuelos que aún continúan cultivando la fe a sus nietos.
La Nueva Evangelización ha de apuntar también al crecimiento espiritual de cada edad. Cuidar la espiritualidad de los ancianos y de compartir su fe es una tarea de caridad en la Iglesia. Es la edad particularmente propicia al abandono en Dios. A medida que el cuerpo se debilita, la vitalidad psíquica, la memoria y la mente disminuyen; la dependencia de la persona humana a Dios se hace cada vez más evidente.
Hay un pasaje del Evangelio que destaca particularmente el valor y el sorprendente potencial de la edad anciana. Es el episodio de la Presentación del Señor en el templo (que en la tradición cristiana oriental la llaman “Fiesta del Encuentro”).
Es solamente gracias a los ancianos que los jóvenes pueden redescubrir sus raíces y solo gracias a los jóvenes que los ancianos recuperan la capacidad de soñar. Por ello, nuestra acentuación nos interpela a seguir promoviendo una cultura que valore al anciano en su dignidad humana.
la Misión de la Misericordia a todos los hombres de buena voluntad.
Informes
Número
Horarios de notaria
- Lunes-Viernes
- Sabado
- Domingo